Otras voces del campo argentino

Hasta el martes se celebra en Buenos Aires el Primer Congreso del Movimiento Nacional Campesino Indígena



El Movimiento Nacional Indígena dice confiar en la nueva realidad latinoamericana.


Ayer comenzó el Primer Congreso del Movimiento Nacional Campesino Indígena (Mnci), una organización que desde hace siete años congrega a movimientos representativos de las diferentes regiones del país que luchan contra los desalojos de sus propias tierras a cargo de las grandes empresas agrícolas, desmontes mediante. La reunión terminará el martes 14 con una movilización a Plaza de Mayo exigiendo una reforma agraria integral y por la soberanía alimentaria.
El congreso que reúne a Encuentro Calchaquí, Comunidades Unidas de Molinos, Red Puna, Mocase Vía Campesina, Movimiento Campesino de Misiones y de Córdoba, Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra de Mendoza, entre otras organizaciones, dispuso en sus bases que luego de “intensas luchas compartidas, de territorios liberados, de bosques rescatados y topadoras detenidas por la acción comunitaria y el coraje de las compañeras, revalorizando nuestra vida comunitaria y principios solidarios, nuestro amor y respeto por la Tierra y la naturaleza, nuestros siglos de resistencia, nuestros productos diversos y sanos, los mercados solidarios y justos y en memoria también de los compañeros y compañeras que ya no están, de los momentos de tristeza, de las cárceles la persecución y despojo”, llegó el momento de ahondar en una instancia de justicia histórica. Propone que los gobiernos provinciales y municipales, así como el nacional, se comprometan en “un Programa Estratégico de Desarrollo Rural y de Reforma Agraria Integral que garantice la Soberanía Alimentaria a través de las comunidades de Agricultores Familiares, Agricultores Campesinos y Agricultura Indígena”.
Algunos relevamientos calculan que sólo en la década del ’90 las pequeñas chacras de menos de 200 hectáreas disminuyeron un 32 por ciento, y que los campos de más de 2.500 hectáreas aumentaron un 30 por ciento. Los datos no suelen calcular los desalojos de territorios indígenas que carecen de documentos pero que su centenaria estadía supera con creces las dos décadas necesarias con que la Ley Veinteañal los ampara. Las sospechas sobre los retrasos en los trámites de documentación, sumada a los escasos recursos para solventar estos trámites, son problemas que enfrentan varias comunidades.
De todos modos, los grupos que componen el Mnci dicen confiar “en esta nueva época latinoamericana”. Por primera vez aseguran haber “constatado la existencia de gobiernos populares que al calor de la organización y movilización de los movimientos sociales, con gran protagonismo de las organizaciones del campo, asumen y concretan pasos a favor de reformas agrarias, de la soberanía alimentaria, de la soberanía de los bienes y recursos naturales”.
Asimismo, reafirmaron que repudian “la manipulación de la información por parte de muchos medios de comunicación que han ocultado la diversidad del campo argentino y han desfigurado los rostros del genuino trabajador y trabajadora rural”. Reconocen que en la Argentina y Latinoamérica se está experimentando un cambio político importante. “En nuestro país, reconocemos que se han logrado algunos avances importantes hacia un nuevo rumbo, como han sido las políticas de derechos humanos, la recuperación simbólica del rol del Estado y políticas acertadas como la estatización de las Afjp, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual y la Asignación Universal por Hijo”. Además, expresaron su alegría por “dos momentos de fuerte posicionamiento de proyectos estratégicos”: la Cumbre de los Pueblos de noviembre de 2005 en Mar del Plata, “donde se le puso fin al Alca”, y la Resolución 125 y “el consecuente debate sobre el modelo sojero y los agronegocios”.
En julio pasado, unos 300 militantes campesinos se concentraron en el Nihuil, Mendoza, convocados por la escuela de militantes de base del Mnci. Acompañada de movilización y feria campesina, es el sexto año que la Escuela de la Memoria Histórica funciona. “De esa manera los compañeros y compañeras se van asumiendo como sujetos protagonistas en las distintas tareas y sectores de la organización. La lucha por el territorio, la producción agroecológica, la gestión, la salud y la educación en las comunidades campesinas”. El Nihuil pertenece al departamento mendocino de San Rafael, donde funciona la regional sur de la Unión de Trabajadores Rurales sin Tierra de Mendoza, que tiene cinco campesinos procesados y acusados de “usurpación y daño”, luego de que se opusieran a que les alambrasen el campo comunitario donde viven desde siempre y donde nacieron sus abuelos.