UNA LEY PARA QUE FLOREZCAN LAS VOCES DE TODAS LAS VOCES


Una vez más queremos hacer llegar nuestra voz a los oídos atentos de la gente de bien que todavía somos la mayoría en nuestro país, aunque algunos sinvergüenzas crean que el pueblo argentino está entregado a los cachetazos del clientelismo y la política de las migajas.

Cada vez somos más los que estamos organizados por un país para todos. Por una país en donde no duerman chicos con perros en las veredas. Por un país en donde no nos muramos de hambre teniendo miles de hectáreas que podemos trabajar si pensamos la tierra en su función social. En un país donde la democracia sea reflexionar, participar, discutir, dialogar.

Hemos visto como a lo largo de todos estos años de democracia neoliberal, este recinto ha discutido y aprobado miles de leyes y proyectos dándole la espalda al pueblo, a los intereses de las mayorías olvidadas, a los derechos de todos.

Entonces, primeramente, queremos festejar esta oportunidad de que le Ley de Medios se esté discutiendo de esta manera. Que haya sido presentada por el Poder Ejecutivo, partiendo de los 21 puntos construidos por la Coalición por una Radiodifusión Democrática, integrada por organizaciones y medios comunitarios que desde hace muchos años vienen discutiendo esta nueva ley de medios de la democracia.

Desde el Movimiento Nacional Campesino Indígena, integrante de la Vía Campesina, luchamos por la democratización de los medios de producción. Por el respeto y la defensa de la vida campesina, como cultura ancestral cuyos valores se basan en la diversidad de producción, en una relación de equilibrio con la naturaleza, en la construcción de formas propias de educación y recreación.

Así como estamos convencidos de que la única forma sustentable de producción es la que valora la tierra como un bien social. También estamos convencidos de que el espacio radioeléctrico nacional debe ser de propiedad de todas y de cada una de las personas que vivimos en este país. Que no puede ser posible que unos pocos monopolios se repartan los medios y sus ganancias, mientras que las voces del pueblo son sistemáticamente silenciadas, cuando no son funcionales a los intereses que esos multimedios representan.

A nosotros nos pasó muchas veces, y nos sigue pasando.

A dónde estuvieron los campesinos y los indígenas en el conflicto por la resolución 125? Pareciera que no existiéramos, que no viviéramos en este país, que no sufriéramos por la misma camiseta.

Si uno mira los medios de comunicación masivos, pareciera que los campesinos indígenas no existimos en este país, más que cuando algún oportunista de la Mesa de Enlace decide bajarse por un rato del caballo de la desestabilización, y se llega a tender su oscura mano de solidaridad en los reclamos de algún sector, de los que todavía creen que, esos señores de los agronegocios, defienden nuestros intereses.

Si el grupo Clarin es accionista en la mayor exposición de los agronegocios del país, si edita semanalmente una revista agropecuaria que sólo publica información sobre los negocios con la tierra y el paquete tecnológico que se baja como bajan las mágicas recetas económicas del FMI: ¿cómo podemos esperar que este monstruo de los medios y la comunicación nos dé la posibilidad de mostrar los efectos mortales de las fumigaciones, los efectos mortales de los desmontes, los efectos mortales de las semillas transgénicas?

Pero no es sólo con nosotros, los campesinos, los indígenas. Cada una de las luchas del pueblo fueron ignoradas por los medios. O peor, fueron tergiversadas para acomodar el discurso de intereses económicos ligados a los medios masivos. Como hizo Clarin titulando “La crisis causó dos nuevos muertos” la nota que hablaba sobre el asesinato de los compañeros Maximiliano Kosteky y Darío Santillán.

Es por eso que estamos a favor de aprobar esta ley, porque garantiza que las organizaciones, los grupos sociales, los centros culturales, los clubes, las escuelas, los centros de jubilados podamos construir nuestros propios medios de comunicación en donde contar nuestras ideas, nuestras actividades, nuestras penas, nuestros sueños.

Esta guerra mediática, esta defensa directa del modelo estable por parte de los monopolios no es una actitud aislada. Son distintas partes de una política y una ideología. De la defensa de un proyecto de país para pocos, para los de siempre, para los que Videla y sus cómplices han creído dejar el camino despejado.

Se equivocan los que creen que han vencido.

Aquí también estamos nosotros, ustedes, para demostrarlo. Para seguir gritando que nunca más no solo es contra la muerte, la tortura, las desapariciones. Nunca más es contra toda la miseria que este modelo tiene para nosotras, para nosotros.

Acá estamos luchando para que nunca más nos sigan gobernando leyes escritas por la dictadura asesina.

Se equivocan los que creen que han vencido.

Acá estamos luchando para que los medios de comunicación comunitarios dejen de ser ilegales. Y que los miles y miles de trabajadoras y trabajadores, que cada día invierten su esfuerzo en la democratización de las palabras y las ideas, puedan ser reconocidos como trabajadores, con sus derechos y obligaciones.

Acá estamos luchando para que la tierra sea de quién la trabaja, de quién la cuida y la desarrolla en función de los alimentos para el pueblo, y no en la utilidad del negocio rentable de empresarios inescrupulosos que nos quieren echar de nuestras tierras con la violencia de las topadoras, los tiros y el destierro.

Acá estamos compañeras, compañeros, gritando con la fuerza de nuestra cultura que no queremos que los medios de comunicación sigan siendo tribunas para que el poder nos adoctrine con su industria cultural. Porque no queremos que nuestros niños sigan creciendo con los modelos que los medios nos venden, con falsas ideas de progreso, de educación. Un modelo que promete éxito individual en función de niveles de consumo que nada tienen que ver con nuestras culturas. Queremos que los medios de comunicación nos sirvan para educarnos, como es el caso de Canal Encuentro. Que hace algunos años parecía una utopía y hoy es una creativa realidad.

Acá estamos nosotras, acá estamos nosotros alzando nuestra voz del Movimiento Nacional Campesino Indígena representando comunidades de Santiago del Estero, Jujuy, Salta, Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, San Luís, Neuquén y Santa Fe, para decir que es deber de nuestros representantes aprobar esta ley que ha sido promovida por muchas voces, que ha sido discutida en 50 foros en todo el país, que ha sido una reivindicación desde hace muchos años por miles y miles de argentinas, de argentinos que queremos un país con trabajo, con salud, con justicia, con la alegría de la vida digna.

Tierra, trabajo y justicia!!!

Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza!!!

MNCI - Vía campesina

Movimiento Nacional Campesino Indígena

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