En vistas a la conferencia de prensa que se realizará mañana, una delegación de dirigentes de diversas comunidades campesinas e indígenas del campo profundo se hicieron presentes hoy en el Congreso de la Nación, para hacer llegar ante legisladores de diversos bloques sobre la delicada situación de sus comunidades respecto de la presencia de bandas armadas que pretenden en nombre de algún empresario expulsar a familias enteras, borrando sus sembrados, animales, escuelas rurales, postas sanitarias, todo, para implantar cultivos de exportación.

La ronda sirvió para difundir la cruda realidad que viven las comunidades hoy por hoy, entre los casos mas complicados, los conmpañeros han contado que la situación es desesperante puntualmente en Bajo Hondo, un paraje ubicado a 80 kilómetros de Quimilí, Santiago del Estero. Y el conflicto viene escalando. Su punto máximo fue el 24 de septiembre pasado, cuando el empresario Orlando Canido, quien se arroga la propiedad de las tierras donde viven las 42 familias, mandó a dos camionetas con 15 hombres, que dispararon entre 600 y 700 tiros. Destrozaron viviendas, las incendiaron, robaron, mataron animales, envenenaron el único pozo de agua que tienen. Un vecino fue herido en una pierna. Otro hombre fue atropellado por una camioneta.

El conflicto viene desde hace muchos años, cuando se empezó a extender la frontera de la soja. Grupos empresarios empezaron a mirar con codicia las tierras que siempre habitaron las comunidades, y con complicidad de los estados provinciales obtuvieron títulos de propiedad. Desde 2004 que los habitantes legítimos de esta tierra intentaron ser desalojados, y vienen resistiendo organizados con otras comunidades de la zona.