Frente al histórico debate de un nuevo Código Civil, desde el Movimiento Nacional Campesino Indígena CLOC- VC en Argentina, sostenemos que se debe volver a incluir la Función Social de la Propiedad en el mismo, ya que la adecuación de disposiciones que están estipuladas en los Tratados Constitucionales requieren ser ratificados en el Código Civil y en las leyes, de manera de terminar con el uso especulativo y la mercantilización de la tierra mientras que grandes mayorías se ven privadas de la misma para producir y habitar.

También debe reincorporarse el derecho humano al agua para que quede ratificado en el Código.

Hemos realizado numerosas convocatorias a legisladores y funcionarios de todas los espacios para instalar la necesidad de debatir LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA TIERRA, para que este proceso de transformación y emergencia de los más humildes tenga su correlato en el campo y un anclaje estratégico para las generaciones que vienen.

PARA CONTROLAR LA ESPECULACIÓN Y LA INFLACIÓN HAY QUE DESCONCENTRAR LA PROPIEDAD DE LA TIERRA E IMPULSAR EL ACCESO DE LOS SECTORES POPULARES.

La función social de la tierra hace posible la producción de alimentos y servicios por parte de las familias que garantizan la alimentación local, los mercados locales, preservan los ecosistemas, generando trabajo, arraigo y desarrollo.

Hemos planteado ejes fundamentales para poder aportar a un proceso transformador de la tenencia y el uso de la tierra, y seguimos sosteniendo que no habrá control de la inflación, ni cesarán los paros de las patronales rurales, con esta situación de desalojo campesino, monocultivos y trasnacionalización del campo.

Creemos que en el marco de la función social de la propiedad y de la tierra, además es necesario disminuir plazos y simplificar condiciones de la prescripción adquisitiva de las posesiones campesinas, reconocer nuevas formas de propiedad social y colectiva, y los diferentes usos pastoriles, comunitarios y sistemas como la transhumancia.

Frente a la embestida imperialista que vive nuestra patria, la Función Social de la Propiedad se convierte en una herramienta estratégica para impedir las agresiones contra los sectores productivos nacionales y contra los sectores populares, sobre quienes hoy el capital financiero pretende cargar las consecuencias de la crisis.