La periodista estrenó por canal Encuentro la nueva temporada de Historias Debidas. Recupera cuatro historias de mujeres en distintos espacios de lucha y toma como eje la trascendencia de los feminismos. El segundo capítulo se verá este miércoles a las 21.
¿Cómo opera el feminismo en el territorio?¿Cómo es ser feminista en los diferentes espacios de la vida cotidiana?¿Cómo intervienen en los ámbitos de la militancia y las luchas sociales? En esas tres potentes preguntas y la necesidad de obtener las respuestas, la periodista Ana Cacopardo encontró el eje para la nueva temporada de Historias Debidas que este miércoles a las 21 tendrá su segundo capítulo por canal Encuentro.
“El foco está puesto en explorar de qué manera los feminismos con su potencia y su masividad han interpelado todos los espacios del activismo, desde el movimiento histórico por los derechos humanos a organizaciones campesinas e indígenas”, describe Cacopardo. “Cuatro historias, cuatro personajes hablan de qué manera los feminismos impactaron en las distintas formas de activismo, esto significa pensar el feminismo pero en su territorio”, agrega.
Esta nueva temporada de Historias Debidas comenzó con la primera aparición televisiva de Mariana Dopazo, la “exhija” del genocida Miguel Etchecolatz. También protagonizan el programa Nora Cortiñas (Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora), Deolinda Carrizo (Movimiento Campesino de Santiago del Estero) y Adriana Guzmán (Feminismo Comunitario y Antipatriarcal de Bolivia).
En 2006, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal número 1 de La Plata condenó por primera vez a prisión perpetua a Miguel Etchecolatz. Los juicios fueron grabados íntegramente por Cacopardo quien en ese entonces era directora ejecutiva de la Comisión por la Memoria de la Provincia de Buenos Aires. Trece años después se encontró con Mariana Dopazo, una de las fundadoras de Historias Desobientes y exhija del represor, que logró cambiar su apellido paterno en 2012. “El proceso de Mariana es la expresión de una gran fuerza”, dice la periodista sobre la historia de Dopazo. Este capítulo se puede ver en el canal de YouTube de canal Encuentro.
Esta temporada incorpora desde lo narrativo la voz de la propia periodista que comparte la mirada del espectador. “No lo había hecho antes, era un contenido que quedaba guardado y que ahora decidimos incorporarla”, anticipa Ana. “Hace tiempo venimos trabajando en el contenido pero las búsquedas a veces son instintivas. Sin embargo, el enfoque es pensar el feminismo desde otras luchas, no en forma aislada, si no viendo cómo impactaron, cómo interpelaron a todos los activismos. Pensar a través de esta historia la ligazón de los feminismos con las organizaciones, con los movimientos sociales público con las organizaciones y con los movimientos sociales”, aclara. “Me interesaba ver el impacto del feminismo en los derechos humanos, por eso también está Norita Cortiñas, pero fue interesante ver lo que pasaba con las mujeres bolivianas o con las mujeres campesinas”, afirma.
La protagonista del segundo capítulo que se verá este miércoles a las 21 por canal Encuentro, es Deolinda Carrizo, dirigente del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MoCaSe)y pertenece a la etnia vilela. La organización agrupa apequeños productores en lucha contra el agro-negocio y el desmonte. Cacopardo cuenta que “La Deo”, como la llaman, “se reconoce indígena y feminista y afirma que el desafío es visibilizar el lugar de las mujeres en la producción y la defensa del territorio”.
- ¿Qué impacto tuvo en ella y en el movimiento campesino el activismo feminista?
-Es muy interesante lo que pasó allí. En el caso de las mujeres campesinas, ellas primero interpelaron a la organización directamente, porque eran las protagonistas de la actividad productiva, mujeres productoras campesinas que resisten con el cuerpo la defensa del territorio, literalmente ponían sus cuerpos para frenar las topadoras y el desmonte. Sin embargo, a la hora de las decisiones no estaban en la organización, no formaban parte del espacio donde se tomaban decisiones. Entonces la primera interpelación fue esa, las compañeras campesinas formando parte de los lugares de decisión e incluso en este caso es estableció un sistema de paridad en la representación. Otra cosa muy interesante en este recorrido es que muchas de esas mujeres campesinas han logrado nombrar los abusos sexuales y las violencias sexuales que padecieron en su territorio. Es decir, el agronegocio no solamente desmontó, no solamente se apropió de sus territorios sino también de sus cuerpos. Hay muchos actos de abusos y violencias sexuales y gracias al proceso político que tuvieron dentro de la organización y de los feminismos, han podido nombrar la violencia sexual y los femicidios. Luego empezaron a litigar judicialmente, a dar una disputa en el campo para terminar con esa historia de abusos y crímenes. Eso lo empujaron las compañeras y lo ves en el territorio.
-En las primeras semanas del golpe de Estado en Bolivia, hubo demasiados debates dentro del feminismo respecto del rol de Evo Morales durante su gobierno. ¿qué pudiste observar?
-Viajamos hasta Bolivia y traemos desde allá la perspectiva feminista comunitaria que está resistiendo el golpe de Estado. Me interesa mucho cómo una persona con una trayectoria en un proceso político personal, como lo es Adriana Guzmán, puede ayudarnos a comprender la gran historia, el gran relato, los grandes conflictos, los grandes procesos. Hay una decisión nuestra que es mirar desde los ojos de una feminista comunitaria quien también tiene una mirada a cierta matriz machista de la figura de Evo Morales pero esa mirada no invalida para las feministas comunitarias significar el enorme proceso de cambio que se produjo en Bolivia en estos años. Son feministas comunitarias que reivindican ese proceso de cambio y que reivindican el proceso colectivo.
-¿Con qué más se encontraron en Bolivia?
-En el viaje también quisimos acompañar a feministas argentinas y bolivianas que tomaron contacto con las víctimas de las masacres perpetradas en Sacaba (Cochabamba) y Senkata (La Paz), por lo que documenta también la persistencia de criminalización de la oposición política y de los crímenes de Estado. Es un recorrido que permite mostrar a Bolivia, donde lamentablemente el proceso electoral quedó postergado y sin fecha y la Covidt 19 terminó legitimando en el brazo odio de este gobierno.
-¿Qué encontraste en el relato de Norita Cortiñas?
-En ella es más notable, hay muchas de las madres pero en el caso de ella es una personalidad muy singular y es una gran conocedora de estas luchas, si embargo, se han ido transformando subjetiva y políticamente. Y también Norita ha participado con otras Madres de Plaza de Mayo de los Encuentros de Mujeres. Ella recordaba que estaba en los talleres y recordaba que decía “y yo qué estoy haciendo acá con los pañuelos blancos?” Es decir, desde ese primer momento llegó hacer todo un proceso a partir del cual Norita también revisa su propia biografía, es una relectura de su biografía de la cultura patriarcal. Y tienen un impacto reivincidicativo político, el acompañamiento a Higui, compartiendo las luchas de Furia Trava. Es una Norita de este tiempo, con sus transformaciones, que trata de descifrar las grandes luchas.
-¿Qué rol tuvo el feminismo durante el gobierno de Macri?
-Los feminismos han sido protagonistas de la resistencia a los proyectos neoliberales en América Latina, de eso no hay dudas. Y en especial en la Argentina donde no hay un feminismo light, si no un feminismo anticapitalista, un feminismo que plantea un horizonte emancipatorio.
-¿Qué significa tener un hoy un Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad?
-Creo que es un gran logro y es una expresión de esa fuerza de los feminismos en la Argentina reclamando por políticas públicas integrales. Argentina tiene una ley con un abordaje de violencia contra las mujeres que nunca llega a implementarse plenamente, tenemos para cumplir una legislación de avanzada y la expectativa es que se logre un abordaje integral de las violencias, un proyecto autónomo. Me parece que hay un enorme trabajo para hacer, pero que tengamos un ministerio es punto de partida valiosísimo. Las políticas públicas del Estado son parte de una tarea que no empiezan ni terminan en el Estado. Hay que trabajar y fortalecer fuertemente la expansión de la política territorial, en el espacio comunitario, pero no puedo más que alegrarme. Más allá de las expectativas, también hay muchos frentes, uno de ellos es la enorme disputa que se debe dar con el Poder Judicial.
Historias Debidas estrena los miércoles a las 21 por canal Encuentro y repite domingos a las 20 y lunes a las 17 horas.
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