A partir de 2008 La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), recuperó el protagonismo perdido ante la OMC en cuanto a la discusión sobre la agricultura, refundando el CSA (Comite para la seguridad alimentaria) y ampliando la participación de las organizaciones de la sociedad civil.

De esta manera organizaciones como la Vía Campesina, que desde hace 20 años venimos luchando por la soberanía alimentaria y la Reforma Agraria Integral, ahora también tenemos participación en los debates y definiciones sobre las políticas necesarias para terminar con el hambre en el mundo.

A principios de este mes se han definido en Roma, en el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA), las Directrices sobre la Tierra, las Pesquerías y los Bosques. Estas contienen instrumentos novedosos, que contribuirán a avanzar en la soberanía alimentaria de los pueblos del mundo y la a protección de los bienes naturales. Estas directrices son herramientas jurídicas concretas para frenar la voracidad de las transnacionales.

Asegurar el acceso a la tierra, las pesquerías y los bosques es crucial, no sólo para permitir a los pequeños productores alimentar al mundo. El acceso a los recursos naturales es cuestión de dignidad y de vida o muerte para millones de comunidades de agricultura campesina, pastores, pueblos indígenas y pescadores. En múltiples regiones, la ocupación de los territorios crea sufrimiento masivo por el desplazamiento de personas y comunidades; la destrucción y confiscación de sus parcelas acrecientan aún más los conflictos violentos. Las garantías para la agricultura campesina, son las verdaderas garantías para terminar con el hambre en el mundo.

El dialogo y la participación en espacios de la gobernanza global, tiene el objetivo de acercar propuestas y soluciones a los gobiernos, convencidos en sostener y profundizar nuestras luchas y movilizaciones populares por la reforma agraria y la soberanía alimentaria y contra el agronegocio y las transnacionales.