La lucha de más de 50 familias organizadas en el movimiento campesino, detuvo el remate pautado para el 28 de Noviembre.  Un respiro en la secuencia del conflicto por la tierra, para festejar, pero sobre todo para preparar los próximos pasos.  La expropiación del campo es parte de la solución definitiva.

La importante movilización que se generó en torno a esta injusta situación, sumada la actuación de la justicia local, hizo que el juez Sergio Ruiz dictara la suspensión de la subasta del campo de 12.500 has conocido como La Libertad.

“Esto es un fruto más de la lucha de mucho tiempo”, asegura Mario Barcena, afectado directamente con el futuro de este campo,  “pero no podemos detenernos hasta tener una solución definitiva, pedimos a toda la sociedad que nos ayude a conseguir la expropiación del Campo La Libertad, no como un patrimonio económico que puede ser rematado, sino como nuestra fuente de trabajo, y refugio de la vida campesina y del bosque nativo, para nosotros y los que vendrán”.

El conflicto del campo La Libertad nació con la compra por parte de la empresa Feigin a través de un préstamo otorgado por el entonces Banco Social de Córdoba. Como sucedió con muchas otras empresas, Feigin no devolvió el préstamo y el estado privatizó el cobro de la deuda a otra empresa –Fribel S.A.- dejando en manos empresarias la resolución de un conflicto que ponía en riesgo los derechos de las familias campesinas y de otros acreedores. Hoy, el Grupo empresario Beltrán vinculado al negocio inmobiliario y agropecuario (y a la misma empresa Fribel) intentan quedarse con el campo desconociendo la posesión y el trabajo de las familias campesinas. Nuevamente los intereses empresarios prevalecen sobre la vida de los sectores más postergados.

Durante todo este tiempo las familias campesinas que vivimos en el campo La Libertad hemos trabajado la tierra, hemos producido alimento y productos para la región, hemos construido aguadas, galpones y corrales, hemos gestionado y tenemos aprobado planes de aprovechamiento forestal por parte de la  Secretaría de Ambiente de la Provincia, hemos conformado la Cooperativa Agropecuaria y Forestal “Unión y Libertad” Ltda. generando empleo para más familias de nuestro empobrecido noroeste, hemos criado a nuestros hijos garantizándoles educación en la escuela Miguel de Azcuénaga que data de más de 50 años y que tiene modalidad primaria y, gracias a nuestro trabajo, ahora también secundaria. Todos estos años venimos demostrando que con acuerdos y organización podemos hacer del norte y de nuestros bosques áridos un lugar para vivir y producir alimentos.