Declaración Final V Asamblea de Mujeres de la CLOC-LVC
En el parque CERENA -conocido por el pueblo como Las Piletas de Ezeiza- que hoy se recupera para el uso y disfrute recreacional de las familias de trabajadores y trabajadoras argentinas, realizamos nuestra V Asamblea de Mujeres de la CLOC-Vía Campesina, continuando con el debate de Yakarta, donde nos declaramos mujeres del campo sembradoras de luchas y esperanzas, por el feminismo y la soberanía alimentaria.
Nosotras, las mujeres provenientes de 18 países de las Américas, representadas por cerca de 400 delegadas de organizaciones campesinas, rurales, afrodescendientes e indígenas, que luchamos por un cambio profundo y estructural de nuestra sociedad, por el fin de toda forma de explotación, opresión subordinación, discriminación y exclusión, y por una agricultura campesina e indígena que garantice el buen vivir de los pueblos del campo, que siga alimentando a la humanidad y cuidando a la madre tierra, nos hemos reunido en el marco del VI Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, CLOC-Vía Campesina y desde nuestra V Asamblea de Mujeres, reafirmamos nuestro compromiso de seguir luchando por cambiar el sistema capitalista-patriarcal que prioriza los intereses del mercado y la acumulación por sobre los derechos y bienestar de las personas, la Naturaleza y la Madre Tierra.
Fueron nuestros saberes lo que iniciaron la agricultura, hemos seguido siendo a través de la historia las que hemos hecho posible la continuidad de la alimentación para la humanidad, las que creamos y transmitimos gran parte de los conocimientos de la medicina ancestral, y actualmente somos quienes producimos la mayor parte de los alimentos, a pesar de la usurpación de la tierra y el agua, y las múltiples políticas y programas que nos discriminan y atacan persistentemente.
Hoy exigimos el reconocimiento de nuestros aportes a la producción y tareas de los cuidados y proponemos nuevas relaciones que nos permitan compartir la carga y la responsabilidad de todas ellas. Igualmente, reafirmamos la importancia de la agricultura campesina e indígena para el bienestar de toda la humanidad y la sustentabilidad económica y ambiental en el planeta. Sin agricultura campesina no hay alimentación y por tanto no habrá pueblos que sobrevivan.
El patriarcado es un sistema de opresión que fue incorporado estructuralmente por el capitalismo, porque le permite mantener y reforzar relaciones de poder y explotación, y nos impacta de manera más brutal a las mujeres. Somos las mujeres pobres las que sufrimos el peso múltiple de la subordinación, la discriminación de género, la explotación de clase, el racismo y el sexismo. Queremos construir una sociedad distinta, con igualdad de derechos y relaciones libres de opresión y discriminación.
Luchamos contra la violencia doméstica, sexual, laboral, cultural e institucional. Desde hace más de seis años hemos impulsado un campaña continental y mundial contra toda forma de violencia hacia las mujeres del campo. Reafirmamos nuestro compromiso de sumar a todas las fuerzas de nuestras organizaciones y unir nuestra lucha con la de otros movimientos, a fin de avanzar en esta tarea que exige profundos compromisos éticos personales, colectivos y organizacionales. La lucha contra la violencia es también la lucha por nuestro derecho a la plena participación, a la elaboración y construcción política, a la autonomía, y a la toma de decisiones.
Reconociendo que el feminismo ha hecho aportes importantes a la lucha por la liberación y dignidad de las mujeres, y que existen múltiples corrientes de miradas feministas, nosotras hemos apostado por una nueva construcción política que se exprese en un feminismo campesino y popular, que de cabida a nuestra gran diversidad, que se alimente de las luchas de las compañeras campesinas, de las hermanas indígenas y afrodescendientes y que permita una mutua alimentación de las diversas cosmovisiones que representamos. De este modo, reafirmamos que el socialismo y el feminismo son parte de nuestro horizonte estratégico de transformación. Por tanto, afirmamos un feminismo campesino y popular, insumiso, socialista, que cuestiona las concepciones patriarcales y burguesas que son funcionales a las políticas de explotación. Así, la concepción feminista que estamos construyendo desde la CLOC.VC está fuertemente ligada a los procesos políticos organizativos, de formación política y de luchas concretas que cambien la vida social, económica y política de la clase trabajadora y en particular de las mujeres.
Nuestros objetivos y compromisos nos ponen desafíos múltiples. Uno de los más sentidos es la formación política de nuestras militantes, en procesos de escuelas que permitan una discusión abierta, amplia y profunda, que permita socializar y extender los horizontes del conocimiento, así como las construcciones colectivas de nuevas miradas y saberes. La formación deberá ponerse al servicio de generar nuevos liderazgos, así como reforzar y apoyar la participación de las mujeres en todas las instancias organizativas y de toma de decisiones.
Las mujeres seguiremos aportando a las luchas y procesos de los pueblos, de las organizaciones populares y de nuestras organizaciones dentro de la CLOC y la Vía Campesina.| Seguiremos adelante en la lucha por los cambios estructurales, por una Reforma Agraria integral y popular y por la recuperación de los territorios, por una agricultura limpia de base campesina y agroecológica. Nuestra lucha es contra el capitalismo, el imperialismo y el patriarcado y sus muchas formas de oprimirnos: los tratados de libre comercio, la privatización de la naturaleza, el agronegocio, las tecnologías al servicio del capital, la guerra sin fin, el racismo y la homofobia, el desmantelamiento de las relaciones sociales, la destrucción de los ecosistemas, el acaparamiento de tierras y agua, la agresión permanente contra los pueblos del campo, la explotación cada vez mayor de las y los trabajadores, la destrucción de los derechos sociales, la expansión del trabajo esclavo, la prostitución y el tráfico de drogas como formas de dominación.
Rechazamos las amenazas militaristas y golpistas contra los pueblos de Cuba y Venezuela, que hoy se ven especialmente amenazados por el Imperio; saludamos la apertura de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, pero no dejaremos de estar alertas sobre las amenazas que persisten.
Apoyamos los procesos de paz en Colombia y conminamos a los actores a no levantarse de la mesa de negociación hasta lograr los acuerdos que permitan un avance del pueblo colombiano hacia la paz tan anhelada.
Unimos nuestras voces a las de las organizaciones populares mexicanas que exigen al Estado mexicano la aparición de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa. ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
Lucharemos contra todo sistema de opresión que ponga en peligro la vida, los bienes naturales y los ecosistemas. No tendremos descanso en nuestra lucha contra toda forma de apropiación de la naturaleza, por la soberanía alimentaria y la defensa de nuestras semillas. Nos opondremos con especial fuerza a la megaminería que hoy depreda nuestros territorios y envenena todas las formas de vida. Seguiremos movilizándonos por lograr una solución real a la crisis climática, que daña con especial fuerza a las mujeres.
La propuesta feminista contribuirá a definir los cambios socialistas que soñamos; para eso lucharemos hasta que las fuerzas combinadas del capitalismo y el patriarcado sean parte del pasado.
¡Por un feminismo campesino, popular, con identidad y revolucionario!
¡Sin feminismo no hay socialismo!